Testimonio de una voluntaria nueva en nuestro proyecto VIAS

Adela Yarleque
Voluntaria de VIAS

Después de un mes de preparación, por fin  llegó el 30 de abril, este fue mi primer sábado en VIAS y en Voluntades. Lo primero que recuerdo fueron niños alrededor del carro con sonrisas en el rostro y sentí mucha emoción en mí al darme cuenta que ya estaba por empezar el gran proyecto al que me había unido. Después de recibir la bienvenida de la directora, presencié algo increíble: veía cómo los voluntarios antiguos abrazaban a los niños y cómo ellos se emocionaban al verlos. Realmente fue impactante presenciar tanto cariño en tan solo un momento. Finalmente cada grupo tenía que ir en búsqueda de sus niños a las casitas, lo que me llamó mucho la atención… era una experiencia totalmente nueva para mí y cada pequeño detalle lo atesoraba de manera especial.

Pronto conocí a los niños de 6 y  7 años con los que trabajaría, y los que ya forman parte de mis días,  cada uno con una singularidad especial que hasta ahora voy descubriendo. Recuerdo la  primera dinámica que hicimos, esta fue “aprendiendo nuestros nombres”, sé que no la olvidaré porque en ella  todos compartimos nuestras primeras palabras, risas y sonrisas; después fuimos al salón y algunos niños ya empezaban a inquietarse y distraerse. Pronto me di cuenta que sería un gran reto trabajar cada sábado con ellos, pues llegar a motivarlos no es tan fácil como creía, pero las ganas que tengo de compartir mi tiempo con ellos es más fuerte que todo y sé que lo lograré. Otra dinámica divertida que realizamos fue correr y bailar, no todos participaron en ambas, así me fui dando cuenta qué preferían los niños de manera particular.

El tiempo pasó muy rápido y tuvimos que ir cerrando la clase. Al despedirnos obtuve las primeras muestras de cariño, pues no querían que nos vayamos y nos preguntaban cuando volveríamos. Ese 30 de abril no lo olvidaré, ocho niños a los que conocí por primera vez me regalaron mucha satisfacción, me permitieron acercarme y conocerlos un poquito, también me di cuenta de qué cosas podrían ayudar a mejorar las siguientes clases. Por último, cuando estuvimos todo el equipo VIAS en el salón compartiendo nuestra primera experiencia, sentí mucha energía, sentí que no fui la única que se llenó de emociones ese día, era algo mutuo y sobretodo entendí que este reto del que hablaba al principio es de todos: vincularnos al máximo con los niños, niñas, chicos y chicas de la Aldea Infantil San Ricardo.

Adela Yarleque

Voluntaria del proyecto VIAS - Vínculos y Aprendizajes.